Y ya solo nos queda por hablar de la fiesta. La última de las tres entradas que tenía pensadas para contaros todito todito. Vimos los preparativos, la(s) tarta(s) y ahora el cómo lo pasamos, lo que de verdad importa.
Tres días estuvimos, con ayuda de los refuerzos de Laabuela y Latita, para terminar de preparar todo y hacer que el sitio donde íbamos a celebrarlo, lo sintiéramos como realmente propio. El objetivo era sentirnos como en casa, pero fuera de ella. Como ya os comenté, lo íbamos a celebrar en la zona de juegos de nuestra urbanización, al aire libre y a la vista de tod@s. Somos bastantes vecinos y solo conocemos a algunos..., es lo que tiene llevar solo un par de años aquí y prácticamente no estar; Elpapi, que está todo el día trabajando, solo se cruza con los vecinos al salir y al entrar, el peque y yo sí estamos, pero no pisamos las zonas comunes por su alergia... la verdad, tener que explicar mil y una vez que no se le puede tocar cansa mucho y que la gente no escuche y alargue la mano sin más, también; por no mencionar que al reaccionar por contacto no se recomienda el baño en una piscina que no se esté depurando continuamente, por los residuos que dejan los protectores solares que pueden contener plv, ni tampoco podría rozarse el niño con otros niños que tuvieran un fotoprotector con plv... con lo que le gustan los niños al peque!!! En fin... me da mucha penita, porque ve a los demás niños y se le ilumina la cara, se sonríe y hasta da palmitas! Por eso prefiero evitar esas situaciones, porque duele muchísimo tener que decirle a tu hijo de 1 año que ni puede tocar ni le pueden tocar. Total, que con el panorama que tenemos conozco a 4 ó 5 vecinos y listo. Los demás de vista y gracias al grupo de whatsapp!!
Cuando pedimos permiso y nos lo concedieron, también les invité a que bajaran todos, pero obviamente nadie bajó. Estábamos al lado de la piscina donde había muchos vecinos y a los que conozco les dijimos personalmente que se acercaran, pero también entendemos que les diera corte acercarse, casi sin conocernos, estando allí toda nuestra familia.
Por lo que algunos se limitaban a curiosear mientras montábamos las mesas jajajaj La verdad, fue divertido a ratos. Sé que criticaron el exceso de asientos que llevábamos y me sentí tonta, pero cuando los vi llenos... se me pasó la cosilla. Solo nosotros sabíamos cuántos venían y cuántos asientos necesitábamos..., pero en esos momentos me sentí vulnerable a críticas y eso que estaba a lo mío y no me centraba en los murmullos! jajaja
Al final pusimos una especie de mesa dulce, aunque ni por asomo llega a poder llamarse así 😂, mejor sería llamarla una mesa de chuches ^^
Ahí colocamos platos y vasos con chuches sin plv ni trazas, unos globos y los regalitos para l@s niñ@s (y no tan niños, que más de un papi y de una mami me pidieron regalito para ell@s jajaj) que simplemente eran unos vasitos con los dibujos de Tikki y Plagg, llenos de chuches :)
En la otra mesa, donde nos sentaríamos todos, pusimos lo salado: varios tipo de patatas y los bocadillitos de toda la vida!! Todo todito sin plv ni trazas. ¡¡Qué tranquilidad!!
Poco a poco fueron llegando los invitados, familia básicamente, aunque algunos más de los que pensamos al principio.
Ya sabéis lo que pasó en celebraciones anteriores y me prometí a mí misma que no volvería a invitar a ese tipo de gente a nada que celebrase... Pues bien, aquí entran muchas más cosas... Estaba decidida a no invitarles, de verdad, pero esa decisión iba a tener repercusiones que no solo me afectaban a mí, aunque fuera de forma indirecta, y no quería vivir con ello.
Pensé mucho, muchísimo, y me dolía aún más cada vez que pensaba... Al final llegué a la conclusión de que mi prioridad es mi hijo, que él esté feliz y sano, y para que él esté feliz tiene que tenerme a mí feliz también, no preocupada y resentida siempre...
Como me decía mi padre: la rabia, el odio, la ira nos come por dentro, nos pudre, por eso no puede estar en nuestros corazones, hay que dejarlo ir y vivir tranquilos y en paz. Todos los días me acuerdo de él, a todas horas, pero en aquellos momentos en los que tenía que decidir... me acordé de esa conversación y, una vez más, me ayudó a decidirme y a darme paz a mí misma. Es magia (y muy duro) cuando quien no está te ayuda simplemente con su recuerdo...
Si decidía no invitarles, me expondría a mí y a los míos a más críticas, a más juicio, a más malestar... Si decidía invitarles estaría algo tensa en la celebración, es cierto, pero no había nada con leche y, solo con que se lavasen las manos antes de tocar nada, estaría resuelto. Después no habría más juicios ni críticas feas sobre este tema (sobre otros seguro, pero esos me resbalan 😂) y quedaría zanjado.
Obviamente les invitaba con condiciones, como a absolutamente a todos. Que no se me olvida que pasen por alto lo que pido por la salud de mi hijo... Una cosa no quita la otra.
Pues no pudieron venir. Y yo me sentí muy agradecida al universo entero por escucharme.
Toda la celebración fue genial para mí. Tranquila, relajada, disfrutando de todos los momentos. Hubo quien se apartó del grupo, se pusieron al margen de todo, pero no podemos obligar a nadie a que esté con nosotros, así que... igualmente para mí fue una tarde muy bonita, que pude compartir con los que de verdad quería. Estuvimos muy a gusto disfrutando de las monerías de Elpeque, sus ganas de andar aunque no mantenga el equilibrio, su eterna y bonita sonrisa, su vitalidad, su inocencia, sus risas contagiosas que son la mejor música que puedo escuchar, cómo jugaba con sus prim@s, cómo les observaba, cómo disfrutaba de la compañía de todos. Y eso no tiene precio...
Fue muy cansado también, acabamos para el arrastre!! Pero cuando pensamos en aquella tarde... no me imaginaba que fuera a ir tan bien, la verdad.
Me parece hasta mentira... pero, al final, hemos conseguido nuestro cumple SIN LECHE. Sin contacto, sin reacción, sin preocupación y con muchas muchas ganas de celebrar y preparar todos los cumples que podamos y más!
Mil gracias por leerme!!
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