jueves, 7 de septiembre de 2017

Todo empieza aquí...


Todo. Todo. Con EL positivo. Con NUESTRO positivo. Ese 24 de noviembre que me notaba hinchada, con molestias en los ovarios y mucho flujo. De hecho, nada más abrir los ojos maldije todo lo que pude porque pensaba que la fea había bajado ya... Y, a pesar de que parecía que dos tests de embarazo de tiras (los que todas, o casi, hemos comprado por amazon y demás) me dieran negativo, uno el día anterior (el de mi falta) y otro aquella misma mañana, aunque yo veía una sutil y tenue rayita, llegó el test digital que me dio la razón. Ahí estaba nuestro ansiado positivo, después de dos meses de tests de ovulación y tests de embarazo blancos nucleares. Ahí estaba el positivo con el que empezó nuestra nueva vida. 

embarazo positivo clearblue


Me vibró hasta el cerebro cuando leí las palabras. Sí, deseaba con toda mi alma quedarme embarazada, pero me dio tanto miedo al saberlo... miedo a la realidad del cambio. Y eso que no tenía ni idea de cuánto iba a cambiar todo. Papi, siempre siempre a nuestro lado, fue mi máximo apoyo en toda esta aventura. Su cara al ver el positivo... su ilusión y su fuerza. Desde ese momento nos unimos muchísimo más. Nuestro hogar era más hogar que nunca. Nuestra casa dejaba de ser un sitio con paredes donde vive una pareja feliz, para ser el lugar seguro de una familia aún más feliz que nacía del amor.

Tuvimos un embarazo ideal, genial. Gracias al universo mi bollito y yo estábamos estupendamente. Él, mi peque, iba siempre más grandecito de lo que le correspondía, cogiendo bien el peso y creciendo a pasos de gigante, como así podíamos ver en cada eco a la que íbamos... Momentos mágicos, inolvidables, súper emocionantes... Lo mejor que había vivido hasta ese momento. Y además teniendo la suerte de poder compartirlos con el futuro papá. 

Indescriptible es el momento en el que te dicen su sexo. "Es un varón, un niño". Grité y lloré. De alegría y emoción. Iba a venir un niño. Mi niño. Ya no era el bebé, el bollito... no, ya tenía una identidad, podía ponerle su nombre y conectarme aún más con él.
Estuvimos en las clases de preparto y llegamos a las clases donde enseñan los pujos, a la semana 36. Ya teníamos ganas de verle... aunque era pronto, pero queríamos conocer a nuestro hijo. En la eco 4D le vimos su carita... yo no tenía dudas: era (y es) exactamente igual que su padre, el hombre que me dio el mejor y mayor regalo del mundo.

En la semana 36+6 expulsé el tapón mucoso, sin saber muy bien si lo era o no... pues era muy diferente a lo que me habían contado, pero en urgencias me confirmaron que no tenía tapón. Me podía poner de parto en horas, días o semanas. Mi peque eligió esto último. Nació justo a las 2 semanas de expulsar el tapón.


Mil gracias por leerme!! ^^

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