martes, 19 de junio de 2018

Eupeptina y primera prueba de provocación oral

A las dos semanas de estar con Damira 2000 el peque dejó de hacer caca. Ya me avisó la pediatra de que podría suceder y que sería totalmente normal, siempre y cuando no viera al niño más penoso o intranquilo que de costumbre. Cuatro días estuvo tranquilo y como siempre, tomando todas las precauciones de que estuviera siempre incorporadito y todo eso..., pero el día 4 sin hacer caca por la tarde ya empezó a quejarse...
Así que, siguiendo con las indicaciones de los médicos, le dimos la dosis que le correspondía de Eupeptina en el siguiente biberón... Pues al ratito de estar tomándoselo, el niño empezó a chillar, a llorar y a retorcerse... Algo no iba bien.
A partir de ahí, el niño volvió a estar como antes de tomar hidrolizada... Mismos síntomas y mismo llanto. Nada le consolaba.
Volvió a estreñirse y, una semana después, volvimos a darle Eupeptina, pues no me daban otra opción de laxante (o medicina para ayudar a su intestino) a un bebé menor de 3 meses. Otra vez lo mismo. Reaccionó incluso antes, al momentito de coger la tetina...
Desde luego aquello no le venía bien, ya solo me quedaba ponerle microenemas... Se lo comenté a la pediatra y, puesto que el  peque al cuarto día sin hacer caca se quejaba y estaba molesto, nos dio luz verde para usar microenemas cuando lo vieramos estrictamente necesario a la espera de la cita con gastroenterología (aquí tenéis la primera visita con ellos).
Fueron días horribles. Los llantos volvieron y sus molestias también, luego supe por qué...
A las 4 semanas y 5 días después de empezar a tomar Damira 2000 teníamos pautada la provocación oral en casa. La provocación oral en casa consiste en ir sustituyendo en sus biberones un cacillito de leche hidrolizada por uno de fórmula normal, con proteína de leche de vaca. Después de esto me informaron de que las provocaciones siempre se aconseja que sea en ámbito hospitalario... para tener más controlado al peque y poder actuar con más rapidez en caso de urgencia, pero claro... de esto a mí no me dijeron nada en absoluto.
Con mucho miedo preparé aquel biberón, porque, aunque el niño estaba pelín mejor, de verdad sentía que aquello no estaba bien.
En cuanto cogió la tetina y empezó a chupar, arrancó a llorar, desconsolado, a chillar, a retorcerse, a inclinarse hacia atrás, a rechazarme evidentemente el biberón...
Automáticamente tiré aquel biberón y le ofrecí otro completamente de fórmula hidrolizada, pero no quería. Solo me aceptaba agua, y menos mal!!
A partir de aquí, ya os imaginaréis... Volvieron todos los síntomas, más rápidos y más intensos que las veces anteriores...
Fruto de la desesperación que tenía y gracias a una amiga de las de verdad, me dio a conocer un grupo de APLV de las RRSS que me ha resuelto la vida, la verdad. No hay palabras para agradecer a esa amiga (que vales más que el oro!!) y a quienes forman el grupo todo lo que hacen.
En ese grupo he aprendido todo lo que sé de APLV y quiero transmitir aquí. Por desgracia, no he dado con muchos médicos actualizados en este tema y este grupo me ha hecho tener un norte y unas ideas claras.
Una de las primeras consultas que hice fue por qué la Eupeptina le hacía daño a mi hijo... sus respuestas fueron claras: lleva lactosa y la lactosa arrastra proteína de leche de vaca porque el proceso de separación es muy costoso y nunca se consigue al 100%... ahí estaba el asunto!!! Mi hijo debía evitar la proteína de la leche de vaca (y de cabra, oveja... y cualquier origen animal, que también me lo aclararon!) y la lactosa...

Todo empieza aquí...

Todo. Todo. Con EL positivo. Con NUESTRO positivo. Ese 24 de noviembre que me notaba hinchada, con molestias en los ovarios y mucho fluj...